El desarrollo del lenguaje, las emociones y por qué pegan los niños
Los niños pequeños, a medida que van creciendo, van incorporando el vocabulario que aprenden por imitación y repetición; copian a los adultos que tienen a su alrededor. Primero empiezan a hacer balbuceo, descubren los sonidos por casualidad, experimentan y prueban hasta que sale algún sonido más largo, o parecido a alguna palabra de nuestro vocabulario y, por fin: «Su primera palabra! Ya empieza a hablar” La emoción de los padres motiva la creación de un feedback entre adultos y niños, básico para el desarrollo del lenguaje. El niño descubre las palabras, empieza a relacionar objetos con palabras, empieza a hablar de forma poco precisa, utiliza las palabras-frases (“pan” significa: “Quiero pan”) y más tarde introduce frases más largas con la ampliación del vocabulario y la comunicación a través del lenguaje.
Teniendo en cuenta el nivel de desarrollo general y las características de los niños pequeños, sabiendo que les falta vocabulario general y emocional, que están en una etapa egocentrista y que no tienen la capacidad empática interiorizada para relacionarse, cabe preguntarse:
Como decía, a los niños más pequeños les cuesta compartir; un hábito que, con ayuda de los adultos, que hacen de modelo, pueden aprender con constancia y paciencia. Pero, de entrada, no saben.
Los niños pequeños son actuadores por naturaleza y también entienden más las actuaciones de los adultos que sus palabras. Pueden entender mejor que han actuado mal si el padre o la madre se muestran enfadados que si se les da un gran discurso. Cuando un niño pequeño quiere un juguete que tiene un compañero, no le dice que se lo deje. Directamente se lo coge y aquí puede empezar una pelea. El niño pequeño no tiene la capacidad de abstracción y tampoco prevé consecuencias de su comportamiento.
¿Qué puedes hacer como padre o madre si tu hijo pega? ¿Y si le han pegado?
En primer lugar, separar a los niños para que no se hagan daño. Si están muy enfadados, esperar un poco e intentar encontrar una solución justa para los dos. Como, por ejemplo: ahora él continuará jugando con este juguete y cuando lo deje podrás cogerlo tú…
Es importante preguntarles cómo se sienten emocionalmente. Al niño que ha pegado puedes preguntarle qué ha pasado, cuál ha sido el motivo de la discusión y recordarle que no se debe pegar, que no es justo para los demás. Para que el niño pegado pueda sentir comprensión y consuelo, es necesario que le preguntes y le des el espacio para expresar su estado de ánimo.
¿Cómo aprender a comunicar emociones?
Como padres, podemos enseñar a nuestros hijos herramientas y recursos para que se comuniquen, y así, con el tiempo, sustituir el pegar por demandas verbales para que, progresivamente, vayan desapareciendo de la dinámica habitual del niño las peleas y agresiones.
Aprender a expresar nuestras emociones y sentimientos es básico para el desarrollo personal, relacional y empático con las demás personas. Por eso es tan importante que en la medida que podamos, como padres y madres, y de forma consciente, hagamos visibles las emociones.
Para enseñar a los pequeños a gestionar sus emociones y canalizar sus reacciones agresivas de forma positiva, puedes contactar a nuestra psicopedagoga, María Teresa Abellán, y ella te podrá orientar en dudas como: ¿Existen emociones buenas o malas? ¿Cómo expresan los más pequeños sus emociones? ¿Cómo les podemos ayudar? etc.
En TusNua puedes encontrar apoyo profesional, sin tener que desplazarte, y cuando nos necesites.

Autor: Maria Teresa Abellan
Psicopedagogía